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Peregrinaje: Un viaje a la renovación del alma

Gente de todas las edades han realizado peregrinajes para reflexionar y profundizar su fe por medio de un tiempo con Dios. Imagen por Canva.
Gente de todas las edades han realizado peregrinajes para reflexionar y profundizar su fe por medio de un tiempo con Dios. Imagen por Canva.

“Es maravilloso caminar con Dios”, dice Gillian Kingston. En forma pensativa nos comparte de sus muchas experiencias de haber caminado por Santiago de Compostela, España. Recuerda cómo absorbió la creación, la oración y el sentirse cerca de Dios.

Por más de 4,000 años, gente de todas las naciones han peregrinado a este lugar santo que Kingston describe. Junto a gente de otras religiones, los metodistas unidos buscan a Dios a través de peregrinajes, que son viajes santos diseñados para la reflexión y la profundización de la fe.

El peregrinaje es algo universal en el alma de la gente. Es algo que los impulsa a moverse”, explica Kingston, vicepresidenta del Concilio Mundial Metodista y jubilada de la capellanía universitaria de University College Dublin. Como capellana, organizó para los estudiantes peregrinajes a Santiago de Compostela por más de diez años. Dado que la gente se mueve físicamente, también pueden moverse espiritual y mentalmente”.

Con frecuencia, la gente piensa en los peregrinajes como caminatas a lugares asociados con Jesús, como un viaje a la Tierra Santa o caminatas a solas a lo largo de caminos con significado espiritual, incluyendo Santiago de Compostela o Lourdes, en Francia. Pero los peregrinajes ocurren en todo el mundo y en todas las religiones. Se dan en Japón y México y otros países que tienen sus propias versiones de lo que es una caminata sagrada.

Para los metodistas unidos, la Peregrinación Wesley es una evento anual que empezó el 2010. Los peregrinos visitan los sitios más importantes de los fundadores del metodismo, en Bristol, Epworth, Oxford, y London, en Inglaterra.

Ayuda a dirigir el evento Steven Manskar, ministro metodista unido jubilado que fuera director de liderazgo wesleyano en Ministerios de Discipulado de la Iglesia Metodista Unida.

La caminata anual nació de la experiencia que tuvo Manskar cuando pasó 15 días en Inglaterra para una clase doctoral en estudios wesleyanos. El primer día, visitó Epworth, donde caminó por St. Andrews, la parroquia local donde Samuel Wesley fue rector y donde todos los niños Wesley fueron bautizados.

Un solo Espíritu a lo largo del tiempo

“Tocar la fuente y el agua hizo que Juan y Carlos llegaran a ser reales para mí, cobraron vida para mí”, recuerda Manskar. “El estar en dicho lugar me llenó de asombro y gratitud hacia los hermanos Wesley. El mismo Espíritu que los inspiró y orientó, hoy me inspira y guía”.

Manskar recuerda que su peregrinaje en ese momento empezó.

Es importante notar que los peregrinos podrán lucir como turistas, pero son algo muy distinto.

Los turistas huyen de la vida, los peregrinos la abrazan

“Ambos viajan, pero los turistas huyen de la vida, los peregrinos abrazan la vida”, argumenta Manskar, parafraseando una cita de Phil Cousineau, “El arte de la Peregrinación”.

“Los turistas observan su entorno; los peregrinos se sumergen en el entorno”, añade.

En su esencia, “el peregrinaje es un acto de devoción, para buscar una fuente de sanidad, siempre un viaje de riesgo y renovación”, escribe Cousineau.

El peregrinaje de por vida de ser uno en Cristo

Daniel Pratt Morris-Chapman admite que jamás ha participado en una peregrinación, pero considera que su vida es un peregrinaje continuo pues ha vivido su fe a lo largo de países y culturas.

Morris-Chapman es un misionero metodista británico. A través de su ministerio, ha servido en Camerún, donde enseñó teología en un seminario de habla inglesa. Después volvió a Inglaterra por un tiempo antes de trasladarse a Milán donde sirvió a la iglesia italiana que había pedido pastores que hubieran trabajado en África. Esta necesidad surgía del creciente número de inmigrantes africanos. Hoy Morris-Chapman sirve en Roma.

“Nunca escogí un nombramiento; siempre fui enviado”, nos comparte, añadiendo que su actual congregación contiene solo cinco europeos, mientras que el resto viene de diferentes partes del mundo.

“El ministerio aquí consiste en cómo caminar con europeos, africanos, asiáticos y otros, así como adorar juntos y dar la libertad de que todos expresen su fe en formas distintas. Lo llamamos ‘hacer iglesia juntos’. Aunque expresemos nuestra fe en forma diferente, somos todos uno en Cristo”.

“No sé dónde nos enviara Dios la próxima vez”, dice Morris-Champan, “pero al mirar atrás al camino recorrido, veo cómo Dios lo arregló todo”.

Paso a paso hacia la transformación

Los peregrinos buscan ser transformados a través del viaje que Dios les plantea.

“La peregrinación a menudo se tiene como una búsqueda universal de uno mismo. Aunque la forma del camino cambia de cultura en cultura, a través de las diferentes época de la historia, un elemento no cambia: la renovación del alma”, escribe Cousineau.

Kingston lo elabora en forma distinta

“La peregrinación tiene que ver con estar en un espacio apartado. Dejando lo ordinario de la vida y los llamados de la vida y las presiones de la vida, para simplemente caminar allí con poco o nada. No tiene mucho que ver con empezar o terminar, sino que es un camino entre dos lugares. Lo que importa es la marcha, el caminar”.

Crystal Caviness trabaja en UMC.org, en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese por email o llame al 615-742-5138.

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